El proceso de aprendizaje de
comportamientos sociales no sólo depende de los adultos, sino también de los
profesores responsables de la educación y de los entrenadores.
El deporte tiene una parte instructiva y
una parte educativa. Y de ello se encargan, los profesores de Educación física, en
horario escolar, y los entrenadores deportivos, en horario extra escolar. Ambos se encargan de enseñar los contenidos deportivos y de transmitir unos valores y
conductas favorables a sus alumnos o deportistas.
Los entrenadores y profesores se
encargan tanto de transmitir unos conocimientos propios del deporte que se practica como la
técnica correcta, las acciones tácticas, las reglas del juego, etc. (parte
instructiva), asi como de transmitir comportamientos, resaltando los aspectos
más positivos que el deporte nos ofrece tales como el respeto, puntualidad,
disciplina, decisión, etc. y rechazando los valores más negativos como la
agresividad, el oído hacia el contrario, la competitividad, etc. (parte
educativa).
Hay que destacar que también existen los
casos totalmente contrarios, entrenadores que resaltan más los aspectos
negativos que los positivos y ello da lugar a abandonos. Algunos
deportistas dan como razones para abandonar el deporte una serie de factores
negativos, tanto en los entrenamientos como en la competición, y la mayor parte
de los cuales se podría pensar que los culpables son el entrenador o
entrenadora.
Por lo tanto, el entrenador es
figura clave en la iniciación deportiva, en la planificación de la enseñanza
deportiva, en las interacciones durante el entrenamiento y con su actuación en
los partidos y las decisiones evaluativas. El entrenador debe saber
llevar una sesión de entrenamiento creando un clima positivo, transmitiendo
unos conocimientos de manera clara y actualizándose día a día para
favorecer la participación y la motivación de sus deportistas. Además el hecho
de que el entrenador aconseje a los deportistas, comparta algunas de sus
decisiones y pida opinión de sus deportistas hace que el ambiente sea mucho más
favorable.
Un buen entrenador debe tener capacidad
comunicativa, capacidad de motivar a los suyos, favorecer un ambiente favorable
y motivacional, y saber transmitir conocimientos.
Cuando los entrenadores fomentan climas motivacionales de implicación en la tarea y de apoyo a la autonomía, se favorece el desarrollo de la autonomía, de la competencia y de las relaciones sociales, lo que a su vez potencia el desarrollo del bienestar de los jóvenes deportistas.
Cuando los entrenadores fomentan climas motivacionales de implicación en la tarea y de apoyo a la autonomía, se favorece el desarrollo de la autonomía, de la competencia y de las relaciones sociales, lo que a su vez potencia el desarrollo del bienestar de los jóvenes deportistas.
Mediante la práctica deportiva sin
cerciorarnos adquirimos gran cantidad de conocimientos y valores por que lo
hacemos mientras nos divertimos, por lo tanto, el tener un buen entrenador que
nos transmita valores y conocimientos de calidad es de gran importancia sobre
todo en la etapa de iniciación cuando las personas somos más influenciables por
nuestro entorno. Por ello un
entrenador debe tener una formación académica adecuada y ser buen
“pedagogo” o educador.